La historia de los pueblos originarios ha sido callada durante mucho tiempo. Y quienes escribieron sobre ella a menudo fue gente que la tergiversó para justificar el ataque o la discriminación. Así, se pintó a los aborígenes como salvajes, sanguinarios, malvados o tontos; de esta manera la gente podía creer que estaba bien sacarles la tierra, esclavizarlos o matarlos. O que era correcto y natural obligarlos a vivir de una forma contraria a sus costumbres y deseos.
Esta historia son muchas historias. A partir de ellas podrá entenderse no sólo qué pasó con cada pueblo originario, sino en general con la Argentina y su gente.
Pueden ser difíciles de reconstruir, porque a veces la memoria se perdió o fue escondida, o no se han encontrado todavía registros y datos suficientes. Pero otras veces, los relatos transmitidos de padres a hijos o la investigación nos ayudan a conocerlas.Aquí sólo trataremos de mostrar, muy brevemente, el marco general y algunos aspectos importantes.
domingo, 18 de mayo de 2008
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